REFLEXIÓN FINAL
El trabajo realizado durante el periodo de la
Practica IV, significó vivir una experiencia docente en la cual pude practicar
situaciones que no son necesariamente habituales en el mundo escolar, ya que el
trabajo fue realizado en una Escuela Especial de niños y jóvenes que presentan
en su mayoría dificultades intelectuales. Esta vivencia me permitió conocer,
apreciar, y convivir con el mundo de las personas con síndrome de Down,
participando de sus hábitos y teniendo que ubicarme y adecuarme a sus ritmos,
sus vivencias, y su forma de ver el mundo que sin duda es muy especial.
Como
se expresa en la fundamentación del Taller Laboral, “La
inserción al mundo laboral de adultos con necesidades educativas especiales
centra su mirada en una participación dinámica y eficiente que concede y
refuerza conocimientos de diversas técnicas artísticas y/o artesanales para ser
desarrolladas según las necesidades individuales de cada uno, demanda del
entorno e interés familiar. La inclusión, interacción, participación y
desempeño de roles de nuestros estudiantes procura un desarrollo personal y
laboral que confiere la valoración de sus desempeños, confianza y dignidad como
individuo activo y social.”
El diseño
de actividades para estos jóvenes me significó hacer adecuaciones curriculares
ya que es necesario acomodar las metodologías que normalmente usamos en niveles
escolares. Sin duda fue de mucha ayuda el aporte de la profesora de diferencial
del Taller, orientándome con el planteamiento de las actividades y la forma en
que me tenía que referir a algunos temas más específicos.
Es por esto que mi experiencia con esta
realidad me significo un crecimiento altísimo a nivel docente, ya que las
necesidades de estos jóvenes a la hora de activar sus conocimientos y
entregarles herramientas es a partir de lo que cada uno de ellos presenta, de
forma individualizada y casi personalidad.
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